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Noemí Sastre: “Tenemos que trabajar en entendernos como un país con muchas orillas”
Españoles en el MundoNoemí Sastre lleva desde 2008 investigando acerca de los movimientos transnacionales y el perfil de la migración española en México, temas que trata en varias de sus publicaciones. Ahora, ha apostado por un nuevo género y nos presenta su nuevo libro, “Donde la luz cae sobre ti…”, un poemario en el que nos invita a “frenar y tomar tierra” y ser conscientes de qué hacemos con nuestro tiempo. Desde la capital de México habla para Carta de España sobre los cambios que ha experimentado la diáspora española en el país, el movimiento asociativo y hace su valoración sobre los pasos que se podrían dar en un futuro para una apertura y un acercamiento “entre iguales”.
Sin saber cómo, comenzaron a emanar de su
interior todos aquellos anhelos -susurros de la
memoria que suspiran ante el recuerdo-,
y vio fluir
un manantial de luciérnagas que alumbraban el
discurrir de sus pensamientos.
(Fragmento poema “…Y empezó entonces a soñar”)
1. ¿En qué año abandonó España? ¿Por qué motivo?
Salí de España en enero de 2008, aunque el viaje se estuvo gestando desde 2007.
Siempre tuve la inquietud de salir de España. Yo estaba ampliando mis estudios, cursando el segundo ciclo en Antropología Social como segunda carrera, y se dio la oportunidad de venir a México a hacer el Prácticum en Investigación Antropológica en la Universidad Autónoma Metropolitana. En ese momento yo trabajaba en el Observatorio de las Migraciones y la Convivencia Intercultural de la ciudad de Madrid, y mi interés por estudiar las migraciones transnacionales ya se había definido claramente.
Es verdad que en parte yo ya vislumbraba un futuro incierto en Madrid. Vi en peligro mi futuro en España y se me abrió en México una puerta de oportunidad muy grande.
En ese momento, la Universidad Autónoma de Madrid no contaba con un convenio de colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, así que me traje en la maleta el Convenio de colaboración para hacer una vinculación con las becas Erasmus. Yo no pude disfrutarla en ese momento, pero sí fue el germen para dar pie a que sucesivas generaciones pudieran aprovecharlo, así que me siento muy orgullosa como pionera en ese sentido.
2. ¿Cómo fue la acogida en México? ¿Cómo fueron los primeros años en el país y cómo se ha desarrollado su estancia en el extranjero?
La acogida fue excepcional y la experiencia muy enriquecedora, por el hecho de trabajar dentro de un grupo de estudiantes de distintas procedencias, cada uno con un proyecto y un interés particular, pero en torno al tema de las migraciones transnacionales, que ha sido uno de mis grandes ejes de interés y desarrollo. Aprendí mucho, porque sí encontré una práctica real en cuanto al ejercicio teórico, que yo en la Universidad española, me van a disculpar, no encontré. Que te den desde el primer momento la posibilidad de publicar y de participar en un Congreso internacional como ponente; el que tengas la oportunidad de poner en cuestionamiento la teoría, fue una experiencia muy bonita, y un ejercicio integral y pleno.
Además, se dio la circunstancia de que justo cuando yo estaba cerrando temas en la Universidad para venir a México, vi la convocatoria a una beca en prácticas en el Consulado y ahí es donde yo me empiezo a vincular con la ciudadanía española en el exterior.
Posteriormente, se dio la oportunidad de pasar un semestre en la Universidad de Guadalajara, tras conseguir una beca Santander universidades, para cerrar asignaturas de antropología. Al regreso a Ciudad de México, justo se abre la convocatoria a plazas temporales para trabajar en el Consulado atendiendo las demandas de la Ley de Memoria Histórica. Cubriendo plazas temporales en el Consulado estoy varios años hasta que, finalmente, en el 2011, apruebo la oposición a una plaza para incorporarme como parte del personal laboral fijo.
Durante mucho tiempo, también trabajé en distintos proyectos que tienen que ver con el fenómeno de la migración en tránsito que atraviesa el país y la defensa de sus derechos humanos.
Mi estancia en México ha pasado por muchas fases, pero tengo que destacar que siempre he podido compaginar mis intereses y aspiraciones en lo académico, con mi trabajo al servicio de esta Representación. Puedo equivocarme, pero creo que, de haberme quedado en España, no me hubiera resultado tan viable.
Te temo incierto destino,
y temo tu alborada.
Temo tus rosas ardientes,
temo tu fría escarcha.
(Fragmento poema “Le llevaron a su alcoba…”)
3. ¿En qué consiste su trabajo en el país? ¿Cuál es su labor en el Centro Cultural y en el Ateneo de España en México?
Llevo desde el 2018 en el Centro Cultural de España, que pertenece a la red de centros culturales, instrumento de la política española de cooperación internacional para el desarrollo; aunque en mi caso, formo parte del personal de la Consejería Cultural de la Embajada. Me ocupo, sobre todo, de temas de gestión de presupuesto, administración y recursos humanos, entre otras funciones. Toda esa parte parece un poco tediosa, pero realmente si no la tienes presente en cualquier escenario profesional (público o privado), el barco se hunde.
Compagino el servicio público con la docencia. Doy clases en la Universidad del Claustro de Sor Juana, que también se encuentra ubicada en el centro histórico de Ciudad de México al igual que el Centro Cultural; en concreto en las materias de Políticas Internacionales y Cooperación Cultural y la de Diseño y Gestión de Proyectos Socioculturales. Ambos trabajos están relacionados, porque la Universidad del Claustro de Sor Juana tiene una vertiente de desarrollo de profesionales en la cultura muy fuerte, siendo ésta una de sus señas de identidad.
Aparte, también tengo una vinculación muy estrecha desde hace ya varios años con el Ateneo español de México, sobre todo a raíz de mi trabajo con el entonces Centro de Estudios de Migraciones y Exilios de la UNED. Además de las publicaciones sobre la entonces nueva migración española en México, y que el Ateneo auspició, también he colaborado en varios proyectos museográficos, como la exposición Barcos de la Libertad, que fue parte del programa con el que se conmemoró en el 2019 el 80 aniversario del Exilio republicano español en México.
Gracias a mi vinculación con esta institución, he empezado a conocer esa parte de la historia de España. Siento que todavía tenemos que trabajar mucho en entendernos, como un país con muchas orillas y que nuestra historia se tiene que contar desde esas múltiples situaciones o escenarios; que es una historia compartida y que no nos podemos comprender ni visualizar en un futuro si no tenemos presente esas muchas miradas que hemos ido conformando a lo largo de nuestra historia.
4. Sobre sus publicaciones “A vista de pájaro”, ¿Qué le llevó a interesarse por el estudio de la emigración española en México?
Este proyecto surgió como continuidad a una primera investigación y publicación financiada por Fundación Telefónica sobre el acceso a la nacionalidad española de la Ley de Memoria Histórica. Para el primero, nos centramos más en el proceso de acceso a la nacionalidad, la memoria familiar e intergeneracional, y temas sobre identidad y sentido de pertenencia. En el segundo, del que fueron resultado las dos monografías “A vista de pájaro”, se abordó el tema de la entonces nueva migración española.
Desde 2008, el registro de matrícula consular de México ha crecido de manera significativa, en parte por la aplicación de las leyes de nacionalidad, en su momento de la Ley de Memoria Histórica, y de la actual Ley de Memoria Democrática. Pero también es verdad que era un momento en el que la migración, por razones económicas o por razones académicas, llevaba consigo que las relaciones entre México y España en este sentido se intensificaran.
Implicaba, además, hacer un ejercicio de aproximación mucho más directa, más rápida, que el resultado final fuera mucho más digerible para un público más extenso, no solo académico. Por eso, pensando en la estructura de una monografía, de acercamiento rápido y oteando un poco el panorama, surge el título de “A vista de pájaro”.
5. ¿Cuál es la diferencia entre la migración tradicional y los nuevos emigrantes que viajan al país?
Son muchas. Para empezar, responden a contextos muy diferentes. Pero si tuviera que destacar las más relevantes, por ejemplo, señalaría que las redes que se confirman y los procesos de inserción son muy diferentes. Actualmente, responden más a los espacios de socialización en los que se mueve la persona y/o familia (espacios laborales, académicos, las dinámicas cotidianas), y no tanto a esa red que se trazaba muchas veces desde la localidad de origen por medio de familiares y/o paisanos, y que en parte facilitó, después, el surgimiento de los Centros Regionales (Centro Asturiano, la Casa de Andalucía, la Asociación Montañesa, etc.).
Yo en el segundo número empiezo a incorporar una realidad que, si bien es verdad que es la razón por la que yo vengo a México, no la abordo tanto en el primer A vista de pájaro. Me refiero a la migración académica o por cuestiones de trabajos de investigación; esa fuga de cerebros, por hacer mención al término, que también se da en lo académico-científico-intelectual.
También es verdad que la percibo, en parte, más estacionaria; es decir, el propósito de regresar a España está en inicio contemplado. Es un contexto distinto, las facilidades de comunicación, las facilidades de retorno son diferentes.
6. En la actualidad ha cambiado de género y ha decidido publicar un libro de poemas, ¿qué le ha animado a escribirlo? ¿De qué trata Donde la luz cae sobre ti…?
Responde a darme la oportunidad de proyectarme en algo que he cultivado desde temprana edad, pero que siempre ha quedado en el círculo más personal.
Sé que es muy recurrente aludir a la pandemia del covid-19, pero creo que sí nos puso en un antes y un después. En un antes y un después sobre la pregunta de qué hacemos con nuestro tiempo, y que es un poco el eje fundamental del libro: qué hacemos con nuestro tiempo, cómo le damos contenido y, por tanto, cómo damos significado a nuestras vidas.
También aborda aspectos más culturales o actuales, como pudieran ser los conflictos bélicos. Hay un poema en el que aludo a la guerra en Ucrania y otro que surge de preguntarme qué ocurre con nosotros cuando, por efecto de situaciones como padecer una enfermedad como el Alzheimer, donde nuestros recuerdos, que son los que realmente nos distinguen de otras personas, que son los que conforman gran parte de nuestro ser, los vamos perdiendo. También habla de ausencias, habla de las memorias del tiempo, habla de cómo nos atraviesa la ciudad en nuestro día a día y la importancia que tienen esas cosas, en apariencia nimias, para dar sentido a nuestra cotidianidad.
Arde la metralla de mi alma herida
ante calles polvorientas y lágrimas secas
que apenas se evaporan al rumor de la noche.
(Fragmento poema “Запоріжжя” (Zaporizhzhia)
Siento la necesidad urgente de frenar la inconsistencia a la que nos abocan esas dinámicas frenéticas y fugaces, casi automáticas, de nuestro día a día, y la poesía permite darte ese momento, aunque sea breve, para frenar y tomar tierra. Necesitamos más poesía para humanizarnos, pues la poesía es el lenguaje del alma. Es un lenguaje universal, como la música, y ayuda a reconocernos entre nosotros y a nosotros mismos.
7. ¿Está vinculada al movimiento asociativo? ¿Cuál es la labor de las asociaciones en el exterior en el apoyo del recién llegado y en su integración en el país, en general?
Soy socia del Ateneo y por mi desarrollo profesional y académico, conozco de cerca muchas de las asociaciones de españoles en México, así como otras asociaciones y colectivos de la sociedad civil que trabajan en México. Estos colectivos han evolucionado bastante.
Soy de la opinión de que hay que potencializar el papel de los Consejos de Residentes, que es fundamental. La gente no sabe qué es el CRE, ni cuáles son las funciones y más allá de que puedan ser, a veces, intermediarios a la hora de elevar necesidades o requerimientos por parte de la ciudadanía española en el exterior, tienen un papel fundamental en cuanto a la orientación, no sólo en cómo nos relacionamos con nuestra administración, sino en cuanto a lo que implica moverse en un escenario muy diferente al que estamos acostumbrados, como es el de desenvolverte y residir un país diferente al tuyo.
También es verdad que, muchas de las asociaciones tradicionales que la comunidad española fundó desde el primer cuarto del siglo XX, han ido evolucionando en parte a las nuevas dinámicas y tiempos. Otras, como Casa Valencia o Casa Aragón, son fruto de estas migraciones más recientes.
En el caso del Ateneo Español, que recientemente ha sido proclamado por la UNESCO como Registro de Memoria del Mundo, mi vinculación responde en parte a ese compromiso que tengo, como historiadora en origen, de entendernos como una sociedad multi situada, pero no ahora, en el presente, porque se hable del término y porque la globalización y la migración transnacional actual nos haya hecho sociedades multi situadas. Es porque así hemos sido desde hace muchas décadas, incluso siglos. Estamos obligados a hacer una nueva lectura de nuestra Historia, en cuanto a nuestro presente y nuestro pasado.
Opino que realmente el eje articulador de todo esto, de la vinculación de la ciudadanía española en el exterior con la Administración y con España, tiene que ser fundamentalmente el Consulado, pero también depende de que nosotros tengamos esa conciencia como ciudadanos, de hacer algo tan básico como informar que estamos fuera de nuestro país. Yo durante el tiempo que estuve en el Consulado, llevé temas de emergencia consular, y el no contar con datos en nuestro registro de matrícula dificulta mucho las acciones cuando tenemos que atender ciertas situaciones.
El punto que nos une a todos es nuestra vinculación con nuestra administración, porque en algún momento la vamos a necesitar y no tiene por qué ser solo en situaciones de necesidad y/o emergencia. Al fin y al cabo, es nuestro eje articulador como ciudadanos residiendo en el extranjero.
8. ¿Qué echa en falta en la labor informativa de la Administración española hacia quienes van a salir al extranjero? ¿Cómo podría llegarse a más usuarios que demandan información fiable desde las entidades públicas?
Es un poco “el pez que se muerde la cola”, y más cuando esa jerarquía tan vertical que había antes en la relación administración-ciudadanía se está diluyendo. También nosotros reivindicamos cada vez más participación o exigimos más nuestros derechos y en este sentido implica que parte del ejercicio es tener, también, la responsabilidad de informar.
También veo necesario fomentar las colaboraciones con las instituciones del país. Por ejemplo, que pudiera darse el caso de que con las autoridades migratorias de México pudiéramos buscar formas de trasladar la información de manera más certera.
El diálogo en la colaboración interinstitucional es fundamental. Y son puntos a través de los cuales las distintas personas pueden acceder a esa información.
9. Con respecto a la emigración española, ¿qué dificultades y oportunidades considera que encuentra un ciudadano español en México?
Siempre he dicho que México es un país de oportunidades y así lo siento. Creo que es una sociedad, la mexicana, efervescente y muy dinámica, y eso facilita el poder encontrar un espacio para desarrollarte. La empresa privada también está más desarrollada y eso genera, desde mi punto de vista, otros escenarios de oportunidad que no están tan cosificados en tener un puesto en la administración pública. Creo, además, que la Universidad no es tan endogámica con respecto a la que yo dejé en su momento en España. Ahora bien, implica ciertos desafíos pues no deja de ser un país con una estructura administrativa y un sistema de cobertura social muy diferentes a los españoles.
A mí sí me gustaría desmitificar la migración, porque también en estos procesos y en estas historias de vida podemos encontrar mucha informalidad, a veces es por falta de responsabilidad para con la administración, otras veces porque no te queda de otra.
No es fácil entender este país cuando, por ejemplo, cuestiones básicas como la atención sanitaria dependen muchas veces de tener capacidad de solventar ese gasto. No es fácil incorporarte en una estructura de atención sanitaria masificada en extremo y que no te canaliza de manera tan directa como la española.
Por otra parte, si tú te planteas irte de España, y pretendes en algún momento retornar, lo tienes que ir trabajando y construyendo desde el momento en el que decides salir de tu país. Siento que ahí es donde están las mayores dificultades; como retornar cuando no llegas “expatriado” por una gran firma o empresa, y tu inserción en el país es incorporándote a través de los mecanismos locales.
Esa mirada ascética, ese sosiego al pensar.
Ese ser donde no hay tiempo, ese estar más allá
de todo espacio y contexto.
En todos y en ningún lugar
(Fragmento poema “Sinclair enardecido”)
10. Por último, en cuanto a la emigración en general, ¿qué legado dejan los españoles que residen en México? ¿Y viceversa?
Yo últimamente tengo una frase recurrente y es decir que México está de moda. Ahora México se conoce, España está mirando a México y en parte tiene que ver con esa transferencia que ha habido estos años anteriores, desde 2008 en adelante, de personas que han venido y han retornado y han llevado también una imagen diferente al país, dejando de ser México un gran desconocido.
Creo que la imagen estereotipada del país se ha roto y ha dado paso a una imagen moderna. Es un país con una efervescencia social muy activa en muchos aspectos y eso también nos habla de las problemáticas tan fuertes que tiene el país, pero no es una sociedad dormida.
Creo que aprendemos cuando tenemos esa proximidad, que ayuda mucho a mirarnos como iguales. Más allá de que tengamos una historia en común, o que compartamos un idioma, sino a nivel humano. Luego te apropias, en el caso de los españoles que hemos estado o que estamos aquí y nos vamos, de ciertos símbolos de identidad mexicana, que en algún momento has compartido.
11. Algún comentario para los lectores de Carta de España online…
¿Qué decirles? Que lean mi libro, que se den esos cinco minutos al día para abrirlo por cualquier página y se regalen un rinconcito para ellos y ellas mismas, que realmente tengamos la apertura de corazón y de mirada hacia nosotros mismos, en esas otras dimensiones. Que despierte España su identidad migrante, porque, insisto, no es algo nuevo y también en cierta forma somos embajadores de nuestro país.
De igual manera, también somos puente hacia nuestro país. El que yo me presente como española, el que yo genere vínculos en el exterior como española, hace que otras personas quieran conocer esa España que represento, afortunadamente más plural, más abierta. Creo que tenemos que ser responsables con nuestros actos y cuando estamos fuera también somos, de alguna forma u otra, una caja de resonancia de nuestro país y una caja de resonancia del país donde estamos.
Donde la luz cae sobre ti,
-y la paciencia se vuelve ternura-,
allí donde anida la locura
por un instante empática con tu desdén.
(Fragmento poema “Certezas”)
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