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"LA VIDA MISMA EN ESCENA"
Buenos Aires es destacada mundialmente por su teatro. Cualquiera que conozca esta ciudad puede reconocer que la cantidad, variedad y calidad de obras de teatro que se desarrollan en diferentes teatros oficiales o alternativos sigue creciendo. Entre tantas obras que hemos disfrutado recientemente hay dos que nacen de esas memorias de Galicia que nos siguen uniendo en cada recuerdo transmitido en escena, que reflejan experiencias similares, ilusiones parecidas, historias de vida compartidas...
Argentina se caracteriza por ser un país forjado por inmigrantes. En el período comprendido entre 1857 y 1960, cientos de españoles, entre otros migrantes de diferentes nacionalidades, llegaron a estas tierras en exilios económicos y a veces políticos. Desde la misma Galicia se habla de Buenos Aires como la quinta provincia gallega, y eso hace que muchas actividades culturales estén impregnadas de ciertos rasgos comunes a las dos orillas.
La memoria de épocas pasadas aflora en cada escena de estas dos obras, "Galego" y "Aquella máquina de coser...", y es el relato en primera persona de estos dos personajes principales - descendientes de gallegos- el que nos interpela y nos lleva de orilla a orilla, con una emoción compartida
"GALEGO", PARA QUIENES ESTAMOS AQUI Y ALLA
Durante varios meses, el Teatro del Pueblo fue uno de los espacios que acogió una obra teatral que sintetiza la historia de vida de millones de migrantes que dejaron sus tierras de origen para llegar a otras tierras con la esperanza de alcanzar un futuro mejor. Este unipersonal es interpretado por el actor Gabriel Fernández y cuenta con la dramaturgia de Julio Molina, sobre textos de los dos.
El actor Gabriel Fernández durante la representación de "Galego"
"Non pegues a teu irmán" grita el actor debajo de la parra en el patio de una casa de barrio que es el escenario donde se desarrolla esta obra...y no podemos dejar de conmovernos, porque por momentos - como bien reconoce Fernández- es la voz de su abuelo, otras la de su padre y otras su propia voz que mira a sus ancestros. Y es también la voz de los nuestros y de tantos otros.
"GALEGO" es un monólogo de un anciano nacido en Galicia, emigrado a Argentina en tiempos de guerra, y que recuerda su experiencia de vida en ambas tierras.
Eduardo Galeano decía en su libro de los abrazos que recordar venía del latín re-cordis, que significaba algo así como volver a pasar por el corazón Y eso es justamente lo que sucede al ver esta obra. Con un gallego aporteñado, Gabriel Fernández nos lleva y nos trae de Galicia a Buenos Aires, de Buenos Aires a Galicia.
Este actor, alumno de Lorenzo Quinteros, formado en actuación, dirección, puesta en escena y dramaturgia por diferentes profesionales, comparte esta obra con Julio Molina con quien lo une una amistad de muchos años y varios trabajos en común.
"El desarraigo no es solamente del que vino, es también del que quedó allá", reconoce Gabriel y afirma que eso lo comprobó desde el momento que pisó por primera vez la tierra de sus abuelos. Tenía apenas 25 años cuando en un viaje reconoció a través de la ventanilla del tren que lo llevaba desde Madrid a Galicia, esa imagen que tantas veces le había narrado su abuelo Agustín. En el medio del verde un señor caminaba con su nieto y sus cabras y bastó esa imagen para que cada detalle y cada encuentro lo uniera a esa tierra con lazos que son para siempre. Hoy "saludos de la familia del otro lado del mar" repite algún familiar cada vez que se despide en un llamado telefónico.
Cuenta Gabriel que en ese viaje llegó a Boiro, Ría de Arousa, la tierra de sus abuelos Agustín y Florinda, y de su padre Martín y su tío Alfonso, quienes salieron juntos de Galicia, reclamados por la tía Pepa que los esperaba en Argentina. Y ese llegar a esa tierra que sentía tan propia lo conectó con cada uno de los personajes que siempre habían vibrado en los relatos de sus ancestros. En la taberna de tío Pepe apareció padrino Juan, Lisardo, Paquito, Joaquín, que eran los "próceres" de su infancia. También fueron apareciendo los silencios, las cosas no contadas para no sufrirlas, todo aquello que hoy después de varios años transcurridos cobra dimensión en "Galego" y que permite hablar de desarraigo, de cultura de trabajo, de guerra civil, de amores no correspondidos, entre otros temas.
Todo está de alguna manera. Son historias propias de su familia y de otros relatos de vecinos que escuchó y aportó Julio Molina.
Gabriel sueña con llevar la obra a Galicia. Y ojalá sea pronto porque estas historias de las que nos habla este monólogo deben ser contadas en las dos orillas, para que la memoria siga siempre presente.
La respuesta del público en Buenos Aires ya demostró que la emoción queda flotando en cada puesta en escena. Fernández se conmueve y conmueve cada noche de actuación, no solo en el escenario sino en la puerta del Teatro, cuando al salir a saludar después de cada función siempre hay alguien esperando, amigos, gente de la colectividad, abuelos, hijos, nietos, que se acercan a abrazarlo y compartir su emoción.
- Que lindo, que bueno, yo nací allá !!! -Mi papá pelaba las cebollas igual que tu abuelo !!! - Mi tío tenía unas ojotas iguales. Me van contando cosas que a veces integro a la obra, como el recuerdo del enorme pan sobre la mesa de la tía Pepa.
Es en esa instancia cuando Gabriel reconoce que "Galego es una obra que cuenta historias sencillas pero profundas, que despiertan a recordar historias propias, pero no solo a recordarlas sino a tener la necesidad de contarlas.
"AQUELLA MAQUINA DE COSER...POR EL MUNDO ADELANTE"
Esta obra se presenta en una sala perfecta para un encuentro íntimo, como en casa, donde la actriz Mirta Mato pone en palabras su historia familiar, a partir de una máquina de coser, como símbolo de trabajo. La dirección viene de la mano de Ana María Bovo, reconocida dramaturga.
"No hay nada más vivo que un recuerdo" repite Mirta en diferentes escenas de la obra, y estas palabras de Federico García Lorca dan pie a esas historias de inmigrantes que poblaron este suelo.
En un escenario de mudanzas, donde cajas de cartas, de libros, de objetos, reflejan una ausencia que deja presente una memoria viva, esta actriz, hija de inmigrantes gallegos que realizó otras obras como "Ya no hay tranvías en el de desierto de Texas" y "Federico, presencia viva", relata en primera persona la historia de sus padres, y la propia.
Las cajas van abriendo parte de la historia familiar y de la historia de Galicia y de Argentina, de cambios que se fueron dando con el paso de los años, la guerra civil española, la vida en la aldea, la muerte de Evita, el bombardeo a plaza de Mayo, la dictadura militar del 76.
Y en medio de todo aquello la máquina de coser que viajó con sus padres, con esa gallega de Outeiro de San Martiño, Paradela, provincia de Lugo, y con ese gallego de San Miguel de Padrenda, Meaño, provincia de Pontevedra.
Mirta tuvo la posibilidad de viajar varias veces a conocer los pueblos donde nacieron sus padres, pero señala el primer viaje en el año 87 como "un antes y un después" que la marcó para siempre, ya que el encuentro personal con sus tíos y primos afianzó los vínculos de una manera especial. Este viaje fue realizado gracias a una beca de la Xunta de Galicia por eso primero estuvo unos días en Santiago de Compostela con un grupo de descendientes de gallegos con el que visitaron las cuatro provincias y luego si se dedicó a visitar a su familia.
Ver las caras de sus tíos Julio y Manolo y de sus tías Asunción y Concepción hizo que todos esos recuerdos de su madre se hicieran presentes y que no necesitara ninguna "guía" para estar en la aldea. Tal es así que recuerda como todos quedaron asombrados cuando un día decidió recorrer sola el camino desde Outeiro hasta Cabo de Vila, donde vivía su tía Concepción, gracias a tener en su memoria los relatos que tantas veces había escuchado de la voz de su madre.
Poder abrazar a ese tío Julio, el que había rescatado la máquina de coser para su hermana, madre de Mirta, fue importante para construir su propio relato, el de esta obra que pone a flor de piel los sentimientos más profundos.
Llevar la obra a Galicia "es mi sueño más dorado" reconoce Mirta. Su familia gallega también lo añora y desde el principio está presente de alguna manera en esta puesta en escena en Buenos Aires. "El delantal que tengo en la obra -cuenta emocionada- me lo envió Anuncia, hija de mi prima, nieta de ese republicano que estuvo escondido un tiempo en la cuadra de las vacas, en casa de mi mamá, en años de guerra civil". Y es esa misma máquina de coser que aparece en escena la que atesoró su madre.
La actriz Mirta Mato durante la obra "Aquella máquina de coser..."
Esa herramienta de trabajo con la que muchas mujeres y muchas familias gallegas salieron adelante en tierras desconocidas logra sintetizar a través del relato de Mirta esas emociones, ilusiones, miedos, logros y desarraigos que fueron parte de nuestros ancestros.
A la salida llegan los abrazos y las anécdotas familiares que se repiten y se recuerdan, porque la memoria sigue acompañando esos "recuerdos vivos".
TEXTO Y FOTOS: Silvina Di Caudo
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