“El mal del emigrante es estar siempre dividido”

Memoria Gráfica

Ana María Godino emigró a Australia en 1963 en la última expedición de la Operación Marta. Un plan acordado entre el gobierno español y el australiano para llevar a mujeres españolas a este lejano país para que formaran matrimonios con los españoles enviados en la Operación Canguro, 2 años antes (1958). Ella, que se fue siguiendo al que ya era su marido, pasó 11 años en Melbourne y tuvo dos hijos. Volvió a España en 1974 y asegura que siempre añorará regresar a Australia, un lugar en que él fue inmensamente feliz.


Puedes consultar la entrevista en formato vídeo. 

 

¿Podría hablarnos del Plan Marta y de lo que significó para usted?

El Plan Marta fue un plan muy bien ideado para que muchas chicas que no tenían oportunidades de trabajo ni de prosperar pudieran conocer otro país y de arriesgarse. Se arriesgaron mucho, venían de pueblos y capitales del norte (Asturias, Navarra y también de Madrid). Antes de ir iban a un convento y las monjas les enseñaban a planchar, a limpiar, un poco de inglés y las preparaban para lo que iba a hacer allí: el servicio doméstico. Iban con mucha ilusión y encontraron un país maravilloso.

La operación Marta fue una operación muy bien organizada y llevada, pasábamos nuestro reconocimiento médico, íbamos preparadas y éramos acogidas. Por un lado, las Martas iban a conventos o iglesias y los matrimonios íbamos a un hostel (albergue) con habitaciones en función del número de miembros. Salías de allí cuando encontrabas trabajo, no te echaban. Teníamos nuestras sabanas, toallas e incluso nos daban lo que se llamaba pocket money para comprar lo que necesitásemos inmediatamente.

El emigrante iba protegido no como se viene ahora. La gente encontraba trabajo, casa, nos ayudábamos unos a otros.

Lo que yo pude vivir y disfrutar allí fue mucha educación, mucho respeto y limpieza, esto nos faltaba aquí en aquella época. Aunque cada una tiene su historia, para mí fue maravilloso. Una oportunidad muy bonita para todas


Ana María Godino antes de la emigración

¿Por qué decidió emigrar a Australia?

Yo fui a Australia en la última expedición de la Operación Marta que llevaba solo a mujeres casadas.

Fui siguiendo a mi novio que estaba en Australia por la cosa más tonta. Hizo una apuesta con otros amigos de que se iban a Australia. De los cuatro amigos que lo apostaron solo mi marido se fue.

Yo fui detrás de él, como es lógico. Para mí fue una experiencia muy bonita. La vida de las Martas fue complicada, pero yo lo tuve un poquito más fácil. No es lo mismo ir a trabajar y no tener a nadie. Yo tenía una persona que me estaba esperando.

En Australia peinaba a las españolas, era peluquera y cada una de ellas me contaba su historia. Algunas tuvieron más suerte que otras. La madrina de mi hija, que está allí, se fue desde Orense a trabajar a una casa. Ellos tenían la nevera cerrada con un candado, algo que nunca se pudo imaginar. Luego tuvo la suerte de entrar en una familia rusa-judía que portó con ella de maravilla.

Mi historia fue distinta a la de las Martas. Aunque fue duro para mí llegar a un país que no conocía (la lengua, las costumbres…) donde hay cosas totalmente diferentes, fue muy satisfactorio.


Llegada a Australia

¿Cómo era la situación (personal y social) en España antes de su partida?

Antes de partir mi situación no era mala. Yo tenía una pequeña peluquería en casa. Tenía a mi padre enfermo y le tenía que atender. Aunque tenía mi trabajo tuve que tomar la decisión al irse mi novio.

Mi novio y yo nos casamos por poderes y cuando llegué a Melbourne volvimos a celebrar la boda allí. Llegué el miércoles y el domingo nos volvimos a casar. 

¿Qué sintió cuando desembarcó en Australia? ¿sintió un choque cultural? ¿estaba Australia mucho más avanzada que España? 

Si sentí un choque cultural. Noté que estaban muy atrasados en algunos sentidos (moda, por ejemplo). En otras cosas como la alimentación, la educación, el civismo... estaban mucho más avanzados.  Me impresionó mucho la historia de un señor que vi en la playa y que se recorrió más de cien metros para tirar un papel a la papelera. Eso en España era impensable.

Al principio fue difícil por el idioma. Los australianos no hacían por entendernos y nos consideraban extraños, como si fuéramos a quitarles el modo de vida y no era así. Como pasa siempre en todos los países al emigrante le tocan los peores trabajos. Pero el español se rehace. Es trabajador, no da problemas y ellos lo veían.

Llegábamos a Australia y al poco tiempo intentábamos tener una casa, un coche. El español intentaba levantarse, no era de bares, ni de caballos o de otras aficiones que si tenían los australianos y eso ellos no lo comprendían. Nuestro estilo de vida lo llevamos allí, nos reuníamos en el club español y procurábamos tener contacto.

Éramos felices, yo fui muy feliz esos 11 años. De allí me he traído mis dos hijos y muy buenas amistades.

¿Le prepararon de alguna manera para el viaje? En relación con el idioma, las tareas laborales para las que había sido contratada etc.

A mi nada, como yo iba casada ya no pase por los conventos que pasaron las otras chicas. Yo llegué y gracias a que mi marido ya llevaba un año allí y ya se defendía muy bien en inglés pude aprender un poco más.


Ana María Godino y su marido en la peluquería que regentaba en Australia

¿Podría detallarnos su experiencia y su paso por Australia?

Era peluquera y llegué trabajando.

Yo llegué un miércoles a Australia y el jueves le hice una permanente a una polaca. Me pidió que le tiñera las cejas y las pestañas y yo en mi vida había teñido unas pestañas. Me las apañé con el tinte del pelo y un algodón y se lo hice. Sin saber hablar y sin nada, yo solo tenía las cosas que había llevado conmigo.

En mi casa me monté un saloncito de belleza y no salía a trabajar por eso no hablo bien inglés, hablo mejor italiano y griego ya que peinaba a mujeres italianas y griegas.

Tuve mis dos hijos en Australia.

Una historia que merece la pena contar es que yo llevé a un niño de dos años y medio a Australia en el avión para entregárselo a su madre. A Pablito.


Pablo y su madre en Australia

Estando en el autocar que nos llevaba al aeropuerto subió una monja y preguntó si alguien podía ocuparse de entregar en Sídney a un niño a su madre. Yo me ofrecí a hacerme cargo. El niño llevaba unas gafas y me advirtieron de que si se las quitaba es que se había enfadado. Se portó muy bien y era muy gracioso. El único hombre que viajaba con nosotras en el avión se ofreció a ayudarme a cuidarlo durante el viaje.

En Sídney le di el niño a su madre y nunca supe nada más de él.

Gracias a Natalia Ortiz, (Doctora en la Universidad de Nueva Gales del Sur, Sídney y Autora del libro “El Plan Marta 1960-1963” publicado en octubre), que organizó un evento en el que participaba uno de los hijos de las Martas y que pude ver por Facebook, encontré a Pablo. Natalia me proporcionó su número de teléfono y estamos en contacto.

 


Billetes de avión de Pablo y su madre

Otras mujeres que emigraron en la operación Marta han destacado que se sintieron bastante solas durante los primeros momentos en Australia, ¿se sintió usted así?

Nosotros estábamos con una familia vasca que nos ayudaron muchísimo. Jamás me sentí sola. Me he sentido más sola en España alguna vez que en Australia.

¿Eran conscientes de que el objetivo de la Operación Marta era “casarlas”?

Sí. El objetivo del convenio entre el gobierno australiano y el español era casarlas.

Primero fue la operación Canguro en la que los hombres emigraron para trabajar el tabaco, la caña, los bosques… (en 1958). El gobierno de Australia vio que los hombres se marchaban porque no había mujeres y la operación Marta se diseñó con ese fin, casarlas.  Ellas no estaban obligadas, pero si tenían la oportunidad de conocer a alguien que les gustara podían casarse. Se hicieron muchos matrimonios entre españoles también con otras nacionalidades

En la catedral los curas atendían a las Martas y las ayudaban con los trabajos, estaban muy solicitadas las españolas para servicio doméstico. Todas luego intentaban salir de ahí a una fábrica y ganar su independencia.

Durante el tiempo que duró la emigración, ¿volvió a España en alguna ocasión?

Sí en el año 1968 volvimos a España, cuando mi hijo tenía 18 meses y estuvimos 6 meses aquí. Nos volvimos a ir, habíamos dejado nuestra casa allí a otros españoles que nos la devolverían si volvíamos o nos la pagarían si no.

Yo no quería venir, yo quería volverme. Me ahogaba. Me costó mucho hacerme a vivir aquí, lo que no me pasó en Australia, allí no extrañé nada. Allí tuve una vida muy fácil.


Ana María Godino y sus hijos en su casa de Australia

¿Mantenía algún vínculo con España y la cultura de nuestro país mientras permaneció en Australia?

Claro, añoraba España y la familia. El salir a la calle por la noche, allí a las 6 de la tarde todo el mundo está cerrado en casa.

Se echan muchas cosas de menos, pero compensa. Si que había mucha gente que encontraba muchas diferencias, yo creo que cuando no quieres ser feliz en un sitio no puedes ser feliz. Si entiendes que vienes a hacer tu vida sabes que tienes que aprovecharla como viene.

¿Cuándo y porqué decidió retornar a España? ¿Cómo se sintió cuando llegó?

Regresamos en 1974.

La culpa fue mía. Le dije a mi marido llama a tu casa, habla con tu madre y le entró morriña, mi suegro estaba malo y eso influyó mucho.

Yo no venía contenta, pero soy fácil de conformar. Al llegar aquí a familia nos hizo la vida lo más fácil posible, nos regalaron un 600 (SEAT 600), empezamos a arreglar la vivienda con la ayuda de la familia de mi marido, cuidaban de los hijos el fin de semana para que saliéramos. En fin, hacían la vida más fácil, nos daban croquetas, albóndigas etc.

La verdad es que tengo que decir que he sido muy feliz aquí después, he vivido muy bien he podido trabajar, dar una educación a mis hijos, no podemos pedir más.

Pero la diferencia fue fatal, para mi adaptarme fue horrible. Pero es mi país, tenía que adaptarme, antes de irme estaba peor, pero claro había visto un sistema de vida diferente…

¿Ha vuelto a Australia?

He vuelto 6 veces.

Mi marido y yo teníamos pensado volver en el año 2008, lo teníamos todo preparado, pero le diagnosticaron un cáncer y suspendimos el viaje.

Cuando murió, mi hija organizó un viaje para que volviera. En el 2010 volví y desde entonces he ido 6 veces. Es maravilloso para mi viajar a Australia, visitarla, ver a las amistades, participar en El Rocío, en la fiesta de los andaluces, los asturianos, que se hacen allí.

¿Cuándo fue la última vez que volvió?

En 2019 volví para 3 meses y me tuve que quedar 6. Me pillo el COVID y volví en uno de los aviones humanitarios de Iberia con 500 personas. Vine con estudiantes, trabajadores de la restauración etc. de nueva Zelanda, Tasmania... de toda Australia.

¿Qué legado cree que deja el paso de 700 mujeres españolas por Australia? Y para España, ¿qué cree que ha significado en Plan Marta?

El legado que dejamos fue nuestras costumbres. Son palpables, la forma de vivir, de vestir, que a los australianos les extrañaba.

Los australianos nos decían:  Are you a new australian? Y no, no éramos nuevos veníamos a progresar y hacer una vida.

Por eso, cuando he vuelto al cabo de 40 años veo palpable nuestro legado. Instauramos nuestras costumbres y fiestas y los australianos participan en ellas.  El día de la Hispanidad se celebra mucho allí, el Rocío también, con carrozas, trajes andaluces, bailando sevillanas… los domingos se hace paella…Antes no lo conocían. Tú le dabas a un australiano una aceituna y la escupía porque no la había probado en la vida.

Cada uno dejamos parte de nuestra cultura donde nos movemos. Yo me he traído muchas cosas de allí, muchas añoranzas. Los primeros años lo pasé muy mal aquí, quería volver. Pero por mis hijos no podía dar marcha atrás. Mi hija sufrió dislexia severa al llegar aquí a consecuencia de los idiomas y a mi hijo también le costó. Sin embargo, ellos nunca han querido volver a Australia, no han añorado volver.

¿Cree que se ha apostado suficientemente por la recuperación de la memoria migratoria española?

Bueno, hay mucha gente que no lo conoce. Las generaciones más jóvenes, sobre todo.

Cuando acudí al Ministerio de Migraciones vi algunas personas jóvenes que no conocían la historia que yo conté y se quedaron impresionados.

Alguna de las “Martas” ha comentado que ser emigrante es vivir siempre dividido, ¿se siente o se ha sentido así en algún momento de su vida?

Siempre. Ahora mismo me siento dividida, añoro mucho estar allí. Hablo por teléfono con mis amistades y los quiero mucho. He dejado a muy buenas personas que vienen aquí a mi casa cuando vienen a España, y ellos allí nos echan en falta.

Yo tengo la vida partida entre allí y aquí. No fui a hacer dinero allí, fui a vivir. Recorrí Australia con nuestra tienda de campaña, yo nunca pensé en volver, aunque las circunstancias han sido así.


Ana María Godino y sus hijos en Australia

Los que se quedan allí, añoran España y cuando vuelven no pueden adaptarse. Es así. Es el mal del emigrante, nunca es feliz en ninguno de los dos sitios, porque siempre hay algo que le llama a la otra parte.

Yo he ido 6 veces después, no sé si volveré, aunque me gustaría ir para estar con mi amiga que acaba de fallecer su marido. Pero me dan miedo las 24 horas de vuelo, son muy duras y tengo muchos años.

Me gustaría volver, pero no sé si volveré.

EL PLAN MARTA

El Plan Marta fue un acuerdo migratorio firmado entre España y Australia, que se desarrolló entre 1960 y 1963.

Más de 700 mujeres españolas viajaron a Australia como trabajadoras domésticas con la promesa de una vida mejor en un plan impulsado por la Iglesia Católica para casarlas con sus compatriotas, emigrados con anterioridad en lo que se había bautizado como “Operación Canguro”.

La Secretaría de Estado de Migraciones reconoció a las participantes de esa operación por su contribución a la recuperación de la memoria migratoria española en un en un acto celebrado en Guernica.  


Homenaje a las "Martas" en Guernica

En octubre de 2023 se publicó el libro El plan Marta 1960-1963, escrito por la Dra. Natalia Ortiz y editado por María Pilar Rodríguez. El libro recoge las vivencias de las mujeres que formaron parte de esta operación y se presentará en San Sebastián, Guernica y Madrid.

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