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Un poco de historia
La primera línea fue abierta el 15 de mayo de 1935 entre Sokolniki (Сокольники) y Park Kultury (Парккультуры). Tras la 2GM y en el inicio de la Guerra Fría, las nuevas líneas de metro se realizaron con mayor profundidad para poder ser utilizadas como refugio nuclear en caso de guerra.
El propulsor del metro fue Josef Stalin, que planteó que el metro se convirtiera en un museo para la población, pues buscaba hacer del subterráneo una suerte de palacio en el que cupiera todo el pueblo. Tras su muerte, y con el declive económico de la Unión Soviética, las estaciones se construyeron de manera más sobria que al inicio.
Actualmente existen 196 estaciones en las que se entremezclan diversos estilos artísticos. Posiblemente las más representativas son las realizadas en la época inmediatamente posterior a la II Guerra Mundial, cuando la exaltación del nacionalismo soviético estaba en su punto álgido. Algunas de ellas son:
Esta estación, que formó parte de la línea inaugural, fue planeada originalmente para estar al servicio del gigantesco Palacio de los Soviets, proyecto que finalmente fue cancelado por Nikita Jrushchov. Se construyó en tan solo 180 días. Su primer nombre fue el de Palacio de los Soviets (Дворецсоветов), pero tras la desestalinización el proyecto cambió su nombre por el actual, el del geógrafo, filósofo y teórico anarquista Kropotkinskaya, nacido en los alrededores. La estación se realizó con mucho cuidado y elegancia, inspirándose sus columnas de mármol blanco en el templo Amón de Karnak. La iluminación de la estación se basa en lámparas ocultas establecidas en la parte superior de las columnas. La estación ganó dos premios de en las exposiciones de París (1937) y Bruselas (1958).
En un primer momento la estación tenía la finalidad de ser un centro de entretenimiento con una gran sala de cine, pero durante el proceso de construcción se creyó más oportuno crear una galería de los héroes de la revolución. La estación está formada por 76 esculturas de bronce que representan a marineros, soldados y campesinos, personajes reales que inspiraban a los artistas soviéticos. Estas esculturas fueron evacuadas durante la 2GM en 1941 a Asia central y devueltas en 1944. En la evacuación se perdieron piezas y hubo múltiples desperfectos, pero gracias a que cada escultura se reprodujo 4 veces, todas se pudieron restaurar completamente. La disposición narra los acontecimientos desde octubre de 1917 hasta diciembre de 1937.
Esta estación también se inauguró en la segunda fase de ampliación. Como su nombre indica en esta estación hay un campo de aviación que anteriormente era el aeropuerto de la ciudad. El diseño trata de ensalzar a la aviación Soviética. Por ello, en el techo de la estación se dibujan largas tiras estrechas, cruzadas entre sí, que se asemejan a las líneas de un paracaídas. Las rejillas de ventilación siguen las líneas de las intersecciones de los paracaídas y tienen forma de diamante. Las lámparas circulares en forma de araña originales fueron sustituidas por fluorescentes que proporcionan mayor luminosidad, algo muy necesario en un espacio de esta amplitud.
Motivos ornamentales que evocan paracaídas en la estación.
Sin lugar a dudas, se trata de las más bellas estaciones del metro de Moscú, una obra maestra de estilo Art Deco. La estación, que fue premia en la Exposición Universal de Paris, fue sin embargo duramente críticada por la ausencia de homenajes en ella al poeta que le da nombre. Solamente después de la guerra se colocó aquí un busto de Mayakovski. Durante la Gran Guerra Patria, la estación fue utilizada como refugio antiaéreo, y el 6 de noviembre de 1941, se reunió el Soviet de Moscú con el partido y las organizaciones públicas, para escuchar un discurso de Stalin.
Esta estación se encuentra en la plaza del mismo nombre, donde se emplazan dos de los teatros más importantes de Moscú y del mundo: el Teatro Bolshoi y el Teatro Maly. Por esto la estación está dedicada a la música y la danza de diversas nacionalidades de la Unión Soviética. Los bajorrelieves son una serie de catorce figuras compuestas por siete hombres y siete mujeres vestidas con sus trajes nacionales ya sea realizando una danza folclórica o jugando con un instrumento musical étnico. Las nacionalidades representadas son Armenia, Bielorrusia, Georgia, Kazajistán, Rusia, Ucrania y Uzbekistan. La bóveda de la nave central está decorada con bajorrelieves sobre las artes escénicas de la URSS, fabricados en porcelana.
Fue una de las construcciones que se realizaron durante la Segunda Guerra Mundial. La estación rinde homenaje, mediante una ornamentación recargada, a los combatientes soviéticos en el conflicto mundial. Los arquitectos ganaron el Premio Estatal de la URSS por su diseño. En la estación se pueden ver 7 mosaicos con forma octogonal que representan a la industria de guerra, y los bajorrelieves que cubren desde la base hasta el techo representan a los soldados del Ejército Rojo en combate. Las columnas están revestidas con retratos fundidos en bronces de héroes de guerra rusos como Mikhail Kutuzov y Aleksandr Nevski.
Como su nombre indica, esta estación de la línea circular representa en 12 mosaicos, realizados con la técnica florentina, la vida del pueblo de Bielorrusia. El techo en forma de bóveda está inspirado en las villas de la antigua Roma, hecho de yeso blando moldeado con multitud de relieves con temas de Bielorrusia. Hasta 1998 la estación estaba presidida por un grupo escultórico llamado la “Bielorrusia Soviética”, pero fue retirado para realizar una segunda entrada.
Esta estación conmemora las luchas del pueblo ruso por la independencia en diferentes etapas de su historia. El techo está decorado con ocho mosaicos de esmaltes y piedras preciosas. Seis de ellos retratan a soldados y oficiales soviéticos en el Reichstag. Los otros dos eran imágenes de Stalin, pero luego fueron reemplazados por la imagen de Lenin. Al final de la estación podemos encontrar un busto de Lenin y el emblema de la Unión Soviética. La estación marca los principios artísticos que Stalin quiso imprimir al arte de vanguardia: grandeza, pomposidad y una combinación de elementos clásicos y Moscúbarrocos. Su céntrico emplazamiento explica las grandes dimensiones que presenta, ideadas para poder albergar al mayor número posible de viajeros.
Busto de Lenin en la estación.
Lo más espectacular de la estación son las 32 vidrieras ubicadas en un pequeño nicho en el cuerpo del pilón, bordeadas de acero y latón dorado. Hay dos filas por cada lado: una en el pasillo central y otra en el andén. Las vidrieras tienen una iluminación interna multicolor. En la parte superior de las vidrieras hay medallones que representan escenas de paz. Seis de ellas representan a personas de determinadas profesiones: arquitecto, geográfo, artista, electricista, músico y agrónomo. El resto lo forman flores, plantas y estrellas de cinco puntas.
La vidrieras se realizaron en Riga, porque los mejores trabajadores del vidrio se encontraban allí. En un primer momento se intentó que fueran de cristal de uranio, para evitar la similitud con las iglesias en un país totalmente ateo. Además de la iluminación de las vidrieras, hay lámparas de araña colgando en toda la estación. Al final de la sala podemos encontrar un mural llamado “Paz mundial”. El original mostraba el rostro de Stalin que, a su muerte, fue sustituido por unas palomas volando en representación de la paz.
Originalmente era conocida como Jardín botánico (БотаническийСад), porque cerca está el Jardín Botánico de la Universidad Estatal de Moscú. Sus 40 metros de profundidad hacen de ella una de las más hondas de la ciudad. Los amplios frisos de cerámica que presenta la estación, y que representan adornos florales en forma de guirnaldas, hojas y brotes, están enmarcados por medallones con imágenes en relieve de agrónomos, agricultores y jardineros trabajando.
El tema de esta estación es el movimiento revolucionario que se extendió entre 1905 y de 1917 en el Imperio Ruso. Presenta 14 bajorrelieves de diferentes artistas de la época. Ocho de ellos hacen referencia a los acontecimientos de la Revolución Rusa de 1905 y las otras seis escenas muestran la Revolución Rusa de 1917. Una estatua de Lenin y otra de Stalin se situaban en un extremo del pasillo, pero con las ampliaciones éstas fueron retiradas.
Venir de turista a Moscú es visitar el metro como una apreciación del arte, vivir en Moscú es aceptar que este arte te acompaña día a día sin detenerte a valorar lo que te rodea en todo momento.
Rubén Ángel López Yáñez