NIPO: 121-21-001-7
Originariamente, en los albores del siglo XII, Guimerá era una torre de vigía en lo alto de un cerro, con una pequeña fortaleza militar. La posición estratégica y el fértil valle del río Corb que lo circundaba hizo prosperar la villa hacia la falda del cerro y alcanzar el río ya en siglo XVIII.
La Torre vigía de Guimerá levantada en el siglo XI
El auténtico atractivo de Guimerà es el núcleo medieval de la población, un laberinto de calles que van subiendo hacia la iglesia de Santa María o hacia la Torre, creando un original juego de formas arquitectónicas.
Esta situación tiene, por añadidura, una extraordinaria calificación urbanística y arquitectónica que convierte el pueblo en un magnífico ejemplo de lo que hemos designado urbanización en pendiente.
Las calles de la parte baja del pueblo están cruzadas por pasos elevados, en forma de puente uniendo dos edificios, ya sea en galería cubierta o descubierta. Son pasos para comunicar casas que están a ambos lados de la calle. Las casas tienen salida a una calle por la entrada principal y a otra de nivel superior por las buhardillas.
Iglesia gótica de Santa María del siglo XIV
En Guimerá y alrededores hay restos históricos desde culturas megalíticas prehistóricas, aunque el mayor volumen conservado es medieval. Toda la zona ha sufrido a lo largo de los siglos guerras, revueltas, hambres y pestes. La torre vigía levantada en el siglo XI aguantó bastante bien muchos siglos hasta ser muy maltratada durante las guerras carlistas, muy encarnizadas en esta zona. En los últimos años se han realizado intervenciones arqueológicas para asegurar su estabilidad.
Arco medieval de Guimerá
La villa cuenta también con las ruinas del castillo alrededor de la torre vigía, la iglesia de Santa María, gótica del siglo XIV, mandada construir por el señor de la villa Guerau Alemany de Cervello y su mujer Guevara de Rocabertí. El famoso retablo de esta iglesia fue pintado sobre madera de nogal por Ramón de Mur a principios del siglo XV (1402-1412) y se encuentra en el Museo Episcopal de Vic, en Guimerà se exhibe una reproducción.
La villa ofrece un agradable paseo monumental por todo lo reseñado y por la multitud de casa solares de piedra en un intrincado laberinto medieval. Existe también un museo en el que destaca la efigie de un guerrero del siglo XV que aún conserva la piedra policromada.
Guerrero del siglo XV que se encuentra en el Museo
En otro orden de cosas, esta es tierra de buen vino de la Denominación de Origen Costers del Segre y espléndido aceite de la Denominación de Origen Protegida “Les Garrigues”. Destaca también por sus buenos panes y pastelería artesana tradicional.
C.P.
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